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Antiedipo 2da publicación

In Máquina de pensar, mentalidad de los pueblos, mentalidad de una época histórica, Mentalidad individual, Mente-Ingeniería humana on May 29, 2020 at 3:01 am

«el paseo del esquizofrénico es un modelo mejor que el neurótico acostado en el diván. Un poco de aire libre, una relación con el exterior. Por ejemplo, el paseo de Lenz reconstituído por Büchner. Por completo diferente de los momentos en que Lenz se encuentra en casa de su buen pastor, que le obliga a orientarse socialmente, respecto al Dios de la religión, respecto al padre, a la madre. En el paseo, por el contrario, está en las montañas, bajo la nieve, con otros dioses o sin ningún dios, sin familia, sin padre ni madre, con la naturaleza. «Qué quiere mi padre? ¿Puede darme algo mejor? Imposible. Dejadme en paz.» Todo forma máquinas. Máquinas celestes, las estrellas o el arco iris, máquinas alpestres, que se acoplan con las de su cuerpo. Ruido ininterrumpido de máquinas. «Creía que se produciría una sensación de infinita beatitud si era alcanzado por la vida profunda de cualquier forma, si poseía un alma para las piedras, los metales, el agua y las plantas, si acogía en sí mismo todos los objetos de la naturaleza, maravillosamente, como las flotes absorben el aire con el crecimiento y la disminución de la luna.»
(….) En todas partes, máquinas productoras o deseantes, las máquinas esquizofrénicas, toda la vida genérica: yo y no-yo, exterior e interior ya no quiere decir nada.

EL ANTIEDIPO- capitalismo y ezquizofrenia. Gilles Deleuze y Felix Guattari

In Máquina de pensar, mentalidad de los pueblos, mentalidad de una época histórica, Mentalidad individual, Mente-Ingeniería humana, Tiempo Cronológico, Tiempo En El Texto, Uncategorized on May 28, 2020 at 11:55 pm

Editado en 1972 en Paris, y en 1973 en Barcelona, este libro llegó a mis manos como regalo en diciembre de 1974.

Cita del primer capítulo Las Máquinas Deseantes.

«Ello funciona en todas partes, bien sin parar, bien discontinuo. Ello respira, ello se calienta, ello come. Ello caga, ello besa. Qué error haber dicho el ello. En  todas partes máquinas, y no metafóricamente: máquinas de máquinas, con sus acoplamientos, y sus conexiones. Una máquina órgano empalma con una máquina fuente: una de ellas emite un flujo que la otra corta. El seno es una máquina que produce leche, y la boca, una máquina acoplada a aquella. La boca del anoréxico vacila entre una máquina de comer, una máquina anal, una máquina de hablar, una máquina de respirar (crisis de asma). De este modo,todos «bricoleurs»; cada cuál sus pequeñas máquinas. Una máquina órganopara una máquina energía, siempre flujos y cortes. El presidente Schreber tiene los rayos del cielo en el culo. Ano Solar. Además, podemos estar seguros de que ello marcha; el presidente Schreber siente algo, se produce, efectos de máquina, pero no metáforas.

Insignificantes

In Algebra en la poesía, Cartas, Máquina de pensar, mentalidad de una época histórica, Mente-Ingeniería humana on enero 30, 2020 at 5:48 pm

Quizás el sonsonete de una canción me trae una serie de imágenes.

Al abrir la puerta…

Tú y cualquiera, se prenden de la idea de algo inesperado al abrir la puerta. Expectación! Qué habrá en ese espacio inesperado, luego de cruzar un umbral, parados en el dintel mismo, esperando algo.

Y perdemos de vista la puerta misma, sus bisagras, cuantas puertas abrimos y cerramos en cada día, en el mundo entero. Puede estar, esa puerta, al fin de un pasillo, o disimulada en el fondo de un closet, o es la entrada principal de un lugar y hay que abrir una reja de doble hoja, que da a un minúsculo recibidor con otras dos puertas; una de ellas está precedida de otra reja, previa. Entonces puede que pasemos por alto, los caminantes que las utilizan; pueden tener la llave, y pasar sin que sea su habitat. Puedes cruzarte con ellos en las escaleras, o quedar por breves instantes ante el vano de las dos entradas, en un pequeñísimo espacio que aparentemente tiene tres puertas, si olvidamos la segunda reja casi pegada a la puerta que da acceso a uno de los espacios privados.

Cada uno de los usuarios viene de recorrer calles, transportes públicos, y de entradas y salidas de otros lugares con puertas que dan acceso o los niegan. En el interior mismo de esos espacios hay otras puertas interiores que pueden permanecer cerradas o siempre abiertas.

Es una insignificancia realmente, pero ese movimiento da una singular relación entre los que conviven en dicho espacio. Si tienes la llave, cada vez que el otro sale, corro presuroso a entrar en su ambiente, muevo algo, y luego salgo. El dueño del lugar no tiene modo de pescarlo in fraganti. Porque además cuenta con la complicidad de muchos que se mueven en la convicción de «es así».

Eso no llega a ningún lado me espetarás de inmediato. Y es lo que llama la atención. Una puerta abre y cierra, y demarca dos espacios. Pero retratrayéndose a  la historia no puedo dejar de mencionar las puertas puestas, elevadas en medio de la nada.

En las ruinas más antiguas en América del Sur, en una planicie infinita, se levanta la puerta del Sol, en Tiahuanaco. Las puertas antiguas en la entrada  a ciudades en Europa tienen algo similar. Pero la puerta del Tiahuanaco en medio de un mismo espacio, refiere a la posición del sol. Es una entrada a los rayos del sol en una fecha y hora precisas. Aquí la insignificancia pasa por cierta impotencia, la de dominar los movimientos del sol, y poder darse cita con él en cierto momento y estación, que nos permite deducir el movimiento del astro. Enseguida vendrán los rituales, las repeticiones, las expectativas hasta hacer del astro un dios. Y con razón, porque su movimiento es fundamental para la vida, el día y la noche, las cosechas, el mínimo calor necesario… Seguirán las alabanzas, ruegos y ofrendas, y fechas para recibirlo con los mayores festejos.

Esto admite recordar los observatorios astronómicos prehispánicos, donde no es una puerta sino una estructura en caracol que tiene un orificio también para registrar en que momento un rayo de sol entra por el edificio.

Realmente no se si esto nos hace falta, pero las puertas se vuelven intrigantes, o mejor dicho ya no parecen tan simples. Y supongo que a nivel de la física y matemáticas es menos simple. Porque también se puede abrir una puerta y dar a un espacio oculto y virtual en otras latitudes.

Mirta Bicecci, JJVGA.